martes, 6 de marzo de 2018

Chico Che no tiene la culpa

No es algo que extrañe, a estas alturas del partido. El rock que se deshace en México vuela tan bajo, está tan descolorido, carece de tal manera de identidad y su estado resulta tan lastimero que el hecho de que aparezca un disco “tributo” a Chico Che termina por dar ternura.
  Tampoco es que los discos de homenaje a determinados “artistas” populacheros sean una novedad. Recuerdo cuando en los noventa apareció el tributo a José José y cómo removió al mundo del rockcito nacional. Muchos lo criticamos, pero muchos otros –y sobre todo ese público mexicano que todo lo acepta y todo lo aplaude sin chistar– lo aceptaron de muy buena gana. Fue un éxito de ventas y las disqueras descubrieron un filón de oro para hacer nuevos compactos con música de los Tigres del Norte, Tin Tan, ¡los Babys! o quien se pudiera (extrañamente y hasta donde sé, no existe un solo álbum tributo a los Teen Tops, los Locos del Ritmo o incluso a Enrique Guzmán en su etapa de solista. Pienso que sería más congruente. Pero si algo reina en el submundo de nuestros pequeños rockerines es la incongruencia más descomunal).
  Apareció pues este Chicocheísmo, larga duración con canciones del músico tabasqueño (por cierto, el favorito de don Peje, quien suele citar aquello de “Quién pompó”, aunque extrañamente esta canción no fue incluida en el disco).
  Tal vez la música de Chico Che sea simpática y buena para amenizar fiestas y borracheras, no lo dudo. Sin embargo, sus composiciones no son precisamente un dechado de calidad artística. Y por supuesto: nada tienen que ver con el rock (aunque se cuente que a Chico Che le hubiese encantado ser roquero). El hecho es que ahí están, felices en su promiscuidad musical, Kenny y los Electricos, Jessy Bulbo, Pato Machete (sic), Rocko Pachucote (resic), Triciclo Circus Band y otros más, dándole vuelo a su vertiente cumbianchera con versiones que suenan tan lamentables como poco auténticas.
  Pero, ¿qué le vamos a hacer? Esto ya no tiene remedio. Finalmente, Chico Che no tiene la culpa.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)

3 comentarios:

Luis G dijo...

Llega un momento (que ya paso desde hace mucho) que ni siquiera como broma o puntada me parece graciosa. ¿Tan jodidas están las cosas como para -seguir- tratando de hacerse presentes grabando esta clase de discos de homenaje? Porque ni siquiera es un anti-homenaje como tal vez deberían ser. ¿Te acuerdas de cuando los sex pistols hicieron su versión de My Way?

Cuando era joven y bello recuerdo que grupos como Anthrax o Sonic Youth grababan covers de grupos que los habían influenciado de alguna manera (Kiss,Ramones, The Stooges, los mismos Sex Pistols, etc)porque significaban algo para ellos. Acá nunca pasó eso. Y si de eso se trata y si paso, pues que jodidos.

Es repulsiva esa tendencia a enarbolar a interpretes populares con la falsa apariencia de "rescate cultural" o moda kitsch o lo que sea, sobre todo por gente que en su vida compraron un disco de los mismos. ¿Grabar con los Angeles Azules? Que mierdez. No porque sean tropicales per se, sino por lo que representan sus letras, su actitud, el todo.

Entiendo que nos gusta copiar a los demas, entiendo que nos gusta subirnos al tren de la moda, entiendo que hay series de tv o peliculas que desentierran musica y modas pasadas (como todo lo de los ochentas)como homenaje, pero, ¿realmente es necesario hacerlo?

Por ocio, sería mas entretenido desmenuzar el punto en que se encuentran las carreras de los involucrados en este tipo de homenajes. Ahí puede estar la clave de porque se hacen.

¿Crees que la siguiente onda retro sea la de los 90s?

¿En serio existe un homenaje a los Babys? Chale.

Alberto dijo...

Quién es el autor de la imagen?

Hugo García Michel dijo...

La imagen es la portada del disco. Desconozco quién la hizo.